El argumento utilizado en la retórica, es el entimema (Vega, 2004: 291). El entimema es el cuerpo de la persuasión (Aristóteles, 1994: 164). “[…] la persuasión es una especie de demostración (puesto que nos persuadimos sobre todo cuando pensamos que algo está demostrado); como, por otra parte, la demostración retórica es el entimema” (Aristóteles, 1994: 167). El entimema es el silogismo de la retórica (Aristóteles, 1994:180). Se caracteriza porque “[…] puede partir de generalizaciones no solo ciertas y verdaderas, sino verosímiles o plausibles y, en consecuencia, falibles o sujetas a excepciones”; “[…] puede descansar en nexos inferenciales no solo necesarios, sino probables y, en consecuencia, relativamente laxos o no estrictamente concluyentes”. El argumento retórico o entimema es un discurso que ofrece razones para apoyar una acción, al suponer la “construcción de una inferencia que va de una premisa a una conclusión” (Tapia, 2004:182). El entimema era ese tipo de razonamiento que […] dejaba implícita una premisa o mezclaba las razones emotivas con las lógicas (en este sentido, la argumentación no sería puramente lógica, porque introduce el aspecto emocional) […]” (Tapia, 2004:190,191). Un entimema tiene tres funciones, cada una de las cuales puede predominar más que las otras: provocar credibilidad en el hablante, excitar determinado sentimientos [Cfr. Aristóteles, 1994: 583, 584] o seguir un orden más estrictamente lógico (Cortés, 1994: 207). El orden del entimema no es algo definido, “puede adoptar gran variedad de expresiones sintácticas” (Cortés, 1994: 214). Aristóteles muestra varios tipos de orden sintáctico, uno de ellos es el que tiene prótasis, la cual funciona como premisa menor y apódosis, que funcionaría como conclusión (Cortés, 1994: 214). La premisa menor es “el elemento esencial para conseguir el cambio de opinión en el auditorio […] cuya veracidad ha sido previamente asegurada mediante testimonios” (Cortés, 1994: 215). El entimema suele ser un silogismo carente de la premisa mayor, aunque no siempre es así, ya que puede ser utilizado (Cortés, 1994: 215).
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